jueves, 18 de febrero de 2016

Entrevista a Agustín Martín de CCOO en relación a "Los 8 de Airbus"




Agustín Martín Martínez, Secretario General de Industria a nivel estatal de CCOO

Las huelgas siempre sirven para algo, aunque cueste

Agustín Martín, de camino al juzgado a la derecha del Secretario General de Podemos, Pablo Iglesias

BEATRIZ PASCUAL, MÓNICA DÍAZ, AMANDA CRESPO 
Agustín Martín es un madrileño que comenzó su lucha junto a Comisiones Obreras en el año 1986. Ha estado presente un muchos de los movimiento sindicalistas llevados a cabo por la organización. Con el paso del tiempo su responsabilidad fue aumentando, hasta llegar en la actualidad a Secretario General de la Industria a nivel nacional. Uno de los casos más recientes ha sido su apoyo a “Los 8 de Airbus” con la campaña #HuelgaNoEsDelito.
Pregunta-¿Estuvo en la huelga ocurrida en 2010?
Respuesta-Si, como responsable de ellos, estuve justo unos minutos antes de que se produjera el incidente. Airbus es una empresa de miles de trabajadores con una altísima afiliación a CCOO, somos el sindicato mayoritario de la empresa, lo que se pretendía como en cualquier huelga general es no quedarse en la cama, sino demostrar la efectividad de la huelga convocando a los trabajadores y trabajadoras a las puertas del recinto. Por lo tanto se estaba desarrollando la huelga desde primeras horas de la mañana en un ambiente de absoluta normalidad.
P-Convocáis la huelga y vais también a ella…¿Cómo vivió el desarrollo de la huelga?
R-Una huelga es para escenificar y visibilizar nuestra posición, en este caso la reforma laboral del Gobierno de Zapatero. En esa época me recorrí prácticamente todo Madrid para ver las diferentes empresas del ámbito industrial que estaban secundando la huelga. En términos generales, la huelga desde últimas horas de la noche tuvo un clima de absoluta normalidad, obviamente con movilizaciones en las puertas de las factorías industriales y luego con la participación en la manifestación.
P-¿Hubo alguna acción determinada que hiciera a los antidisturbios cargar?
R-No, se ha demostrado con las grabaciones que era un montaje policial para esconder la utilización desmesurada de los medios represivos, como el uso de fuego real en una manifestación pacífica. Todo esto con el objetivo de convertir la huelga en un hecho delictivo.
P-Si no se detuvo ni se identificó a nadie durante el conflicto, ¿cómo se decidieron las imputaciones?
R-Es curioso que en un piquete de más de 600 personas imputaran sólo a las ocho que tenían cargos de relevancia en el sindicato. En un principio, imputaron a las doce personas que acudieron al botiquín y en una segunda criba, seleccionaron sólo a los que tenían cargos sindicales. Se ha sometido a ocho trabajadores honrados a 17 ruedas de reconocimiento con presos traídos de la cárcel. En ellas, los policías señalaron como máximos responsables de los altercados a presos, contradiciéndose a sí mismos.
P-Concretamente, ¿qué esperaban conseguir con la huelga?
R-Las huelgas siempre tienen un principal objetivo, que es visibilizar nuestra posición con los diferentes elementos que consideramos perjudiciales para todos los trabajadores y obviamente se trata de conseguir que retiren las medidas que son nocivas para todos los trabajadores.  En el caso de esta huelga fue un toque de atención al gobierno del Partido Socialista. Lamentablemente, con las elecciones generales salió el Partido Popular que volvió a crear una segunda reforma laboral, la cual combatimos con otra huelga general.
P-Desde esa huelga hasta la actualidad ¿qué ha cambiado para los trabajadores?
R- Del 2008 al 2016 seguimos en una situación de intranquilidad y de preocupación del sector industrial, se sigue destruyendo empleo en la industria.  Pero con las huelgas siempre se consiguen cosas, aunque cuesten, por lo que no hay que dejar de hacerlas.
P-¿Cómo es el apoyo que han recibido los trabajadores?
R- Hemos recibido apoyo del mundo laboral y político, desde Podemos e Izquierda Unidad, entre otros, y también hemos influido en innumerables  puntos de Ayuntamientos y Comunidades Autónomas. La campaña “Huelga no es delito” está en el núcleo del sindicalismo europeo,  porque esto no  es un hecho aislado de nuestro país, esto está pasando en Francia  o Bélgica también, donde se está criminalizando a los trabajadores.
P-¿Cómo se ha vivido la absolución desde CCOO?
R-Con mucha alegría y no ha sido fácil, pero a nivel personal tengo que agradecer  el valor y el coraje de cada uno de ellos y sus familias. Les ofrecieron pactos entremedias de los juicios para reducir las condenas y ninguno lo aceptó porque lo que estaban decidiendo no era su situación individual, sino un derecho colectivo y  esa es la grandeza del movimiento sindical.
P-¿Cree que esto va a cambiar la actuación de la justicia en casos similares?
R-No, porque lo que hay que hacer es regular el artículo 315.3 del Código Penal, que ya hemos tratado de proponerlo en el nuevo parlamento a través de Podemos, IU y los partidos socialistas, para que vayan directamente a derogar ese artículo que atenta contra el derecho de los trabajadores y que curiosamente proviene del Código Penal franquista, que en los años 70 se creó para acabar con las huelgas que hacían peligrar el régimen.
P-¿Qué hay de la parte del artículo que pide penas para los que te impiden ejercer el derecho a huelga?
R-Curiosamente esa parte nunca se ha aplicado. Ahora me preguntaría si en este país hay libertades y derechos, como el derecho al trabajo, ya que hay millones de parados y la libertad para ejercer la afiliación sindical de forma transparente con las empresas.
P-¿Cuál cree que es la solución a este problema?
R-Esto sólo se va a cambiar a partir de que se configure un gobierno de progreso que tenga como objetivo revertir estas las leyes opresoras.
P-¿Qué le diría a la gente que tiene miedo de hacer huelga por si le pasa algo similar a los manifestantes de Airbus?
R-Le diría que lo importante es que se organicen y que no tengan miedo, porque se puede ir contra un ciudadano, pero no se puede ir contra todos. Si tenemos miedo a ejecutar un derecho fundamental, entonces no estamos en democracia, ni en un país de libertad.

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