jueves, 18 de febrero de 2016

El derecho o el riesgo de hacer huelga



El derecho o el riesgo de hacer huelga

AMANDA CRESPO OVIEDO.  Fuenlabrada
Era 29 de septiembre de 2010 cuando tuvo lugar la huelga general contra la Reforma Laboral de Zapatero. Nos situamos en la planta de Airbus en Getafe, donde la cosa se empezó a poner muy fea. Los piquetes se encontraban cerca de la puerta, gritando a los antidisturbios y a los compañeros que acudían a trabajar, cuando de repente un policía se  puso nervioso y empezó a disparar al aire con su pistola. Muchas versiones surgiendo en cuanto a lo que pasó después, pero nada más fiable que los vídeos grabados del momento, donde se ve perfectamente quién carga contra quién. Primera y segunda parte, por si no se fían:
            Los antidisturbios justifican su actuación por la presencia de piquetes. Los piquetes son la consecuencia de los esquiroles, que surgen por el miedo que tenemos los trabajadores a hacer huelga, amenazados, directa o indirectamente, por los empresarios y el gobierno que consiguen que no nos atrevamos a ejercer nuestros derechos como ciudadanos y acudamos al trabajo temerosos de perderlo todo y no poder llevar a casa un plato de comida caliente. Los piquetes son esos pocos valientes que lo arriesgan todo por sus compañeros y piden a cambio que hagan lo mismo por ellos, ya que, de conseguir algo, ganarían todos, pero si perdieran, sólo perderían ellos. No obstante, no justifico la violencia utilizada contra los esquiroles, no se puede obligar a nadie a ser solidario con los demás si no quiere.
            El Artículo 315.3 del Código Penal, establece pena de prisión y multa para los que limitasen el derecho a huelga y para los que coaccionen a otras personas a iniciar o continuar una huelga. Este artículo dedicado a los derechos de los trabajadores, del que hasta ahora sólo se ha aplicado la segunda parte, se encuentra con que en la actualidad han sido imputados 300 sindicalistas en las últimas huelgas generales. En efecto, queridos lectores, hablo de nuestra amada España, ni de Venezuela, ni de Cuba.
            Los manifestantes ya no ven a los antidisturbios como las fuerzas del orden, para ellos son el arma que el gobierno utiliza para reprimirles, no les respetan, no les temen. Los antidisturbios (o los gobernantes que les mandan) ya no ven a los manifestantes como personas que ejercen sus derechos, para ellos sólo van a causar reyertas, no les respetan, pero les están empezando a temer.
            Esto queda reflejado en los vídeos y en la manera de elegir a los imputados, ya que durante el conflicto no se detuvo ni se identificó a nadie, pero dos días después se decidió imputar a los manifestantes que habían sido heridos, dando por sentado que algo habrían hecho para merecerlo y que todos actuaron por igual. Sin tener en cuenta, que los acusados no tenían antecedentes y que no es lo mismo ser culpable que estar implicado, como en el caso de la Infanta Cristina, no es lo mismo hacerlo por dinero que por amor.
            Finalmente, se ha resuelto el caso con la poca cordura que le quedaba al sistema judicial español y, por falta de pruebas, los detenidos han salido absueltos.


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