viernes, 15 de abril de 2016

El triunfo de la vida sana… ¿o del postureo?

-Artículo de opinión-. TAMARA VARGAS MORETA.


Un día en la vida de un poseedor de redes sociales se basa en ver, como mínimo, un par de fotos de platos saludables que han preparado otros, en los que está estudiada hasta la disposición de las hojas de lechuga. El resto de publicaciones en redes como Instagram consisten, aparte de imágenes de gatos, parejas o amigos, en fotografías del momento gimnasio o incluso del momento “me voy a atar estas zapatillas tan caras antes de salir a correr”.

           Veo continuamente perfiles sociales de personas que se califican a sí mismas de fitness o defensoras de la comida sana, saludable, ecológica y un montón de etiquetas más. ¿Realizan verdaderamente un estilo de vida saludable detrás de las cámaras o va a resultar que tener más likes te hace más sano? Internet ha propulsado sobremanera en la última década la necesidad que querer mostrar a los demás lo que estamos haciendo. Pero en los últimos años, se está dando otro fenómeno: querer demostrar en exceso aquello que hacemos con el objetivo de que nos aplaudan. Y esto se está utilizando mucho a la hora de hacer deporte.

            Me planteo una pregunta que puede llegar a distinguir a los runners de verdad de los runners de postureo: ¿tu intención ha sido salir a correr y de paso hacerte una foto?, ¿o fue en el orden contrario?: prepararte con todos tus accesorios para salir en la foto y, ya que estás, correr un rato. Lo que prima es intentar superarse a uno mismo, -esa es una de las cosas más adictivas del deporte- y no querer que en la app aparezcan más kilómetros corridos para así publicarlo en Facebook.

          Está claro que, en el deporte y la vida sana en general, lo que cuenta es la constancia y la rutina. Lo que no debemos considerar vida saludable es hincharse a batidos de proteínas y anabolizantes e ir al gimnasio para hacerse fotos apretando brazo y que así parezca que se está más musculado, confundiéndolo con estar en forma. 

           Cuidado, lectores, con el postureo, que al fin y al cabo está siendo un deporte de alto riesgo. El año pasado se registraron más muertes por selfies que por ataques de tiburón. Parece que da más adrenalina pensar en el número de me gustas al intentar conseguir la mejor foto en el instante de tirarse por un puente, que por practicar el deporte de riesgo en sí.



Reportaje. De la biología al rugby sólo hay un paso

De la biología al rugby sólo hay un paso


NOELIA BETHENCOURT JIMÉNEZ Y AMANDA CRESPO OVIEDO. Fuenlabrada.
“El primer día, antes de ir a entrenar, pensé que no iba a aguantar ni dos días, pero luego lo probé y tiene algo que engancha. Es un deporte el cual por los estándares sociales crees que va a estar lleno de gente bruta, sin embargo, te encuentras con un deporte lleno de compañerismo, deportividad, respeto y confianza, y efectivamente para mí esto es el rugby. Y es que en el rugby no eres nadie si no eres un equipo, una unión fuerte”. Confiesa Raquel Moraleda, integrante del equipo de rugby femenino de la facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid.
“¿En qué consiste el rugby? Es difícil contestar a esta pregunta sin dedicarle al menos una hora”, declara la jugadora Mónica Gómez. El rugby es un deporte de contacto en el que dos equipos tratan de llevar el balón al otro lado del campo, con la regla de oro de que no se puede lanzar el balón con las dos manos hacia delante y por el camino se puede placar para conseguir llegar a su destino.
Esto puede resultar chocante, pero para Raquel “es mayor el miedo que el dolor” y añade: “te llenas de valor por ellas, por el equipo y haces tu primer buen placaje. Es entonces cuando te das cuenta de que te has enganchado a la droga más sana del mundo, el rugby”.
La unión hace la fuerza
Rugby Biología femenino, para los amigos, nació a principios de 2014 de la mano de un grupo de chicas interesadas en el deporte sin ninguna experiencia en él. Pero no había suficientes integrantes para formar la liga universitaria y no es hasta finales de ese año cuando se apuntaron las necesarias para jugar, ya que se exige un mínimo de trece integrantes en el equipo.
“En el rugby si no confías en tus compañeras estás perdida”, afirma Mónica y es que todas las jugadoras resaltan el profundo respeto que se vive dentro del campo. Además llegan a conocerse tanto que saben ver los momentos en los que una de ellas está tan casada que necesita que el siguiente balón “lo corra otra por ella”.
De esta unión ha nacido una gran amistad, haciendo vida juntas, tanto fuera como dentro del campo. Javi, su entrenador, es quien las ha visto progresar y según Irene Aguado: “es el primero al que le brillan los ojos cada vez que logramos algo. Además, hace grandes esfuerzos para sacar tiempo y entrenarnos, sin ningún tipo de retribución”.
Unas veces se gana y otras se aprende
1, 2, 3… ¡BIO! Es el grito de guerra antes de cada partido y su capitana Cayetana Gascón está muy orgullosa del trabajo que hace el equipo y cuenta: “ser capitana conlleva la responsabilidad de organizar y que todo salga bien. Consiste en tirar del equipo cuando está abajo y sobre todo estar para lo que necesiten todas y cada una en cualquier momento, dentro y fuera del campo”.
El viernes pasado jugaron contra las campeonas de la edición pasada de liga y aunque no ganaron, para ellas fue una victoria, ya que “lo dimos todo en el campo y luchamos como nunca”, se enorgullece Irene. Por eso, para Cayetana lo que caracteriza al equipo no las victorias y no solo por su ausencia, sino porque hay partidos “que hemos ganado perdiéndolos”.
Paula Bonilla ha jugado a muchos deportes en equipo, pero “ninguno como el rugby” y confiesa que no había visto claro el concepto de jugar en equipo hasta ahora, “porque cada miembro es un pilar muy importante, somos uno, unión y fuerza”. Para otras como Irene, este deporte es una vía de escape y le ha enseñado grandes valores.
El rugby es para todos
En cuanto a la discriminación en el deporte por razón de género, todas las jugadoras coinciden en que dentro del rugby es inexistente y tienen una buena relación con el equipo masculino, pero sí piensan que la discriminación viene de fuera. “Mucha gente que no conoce el deporte se extraña de que yo, siendo mujer, juegue al rugby”, declara Paula.
Este deporte no es tan conocido en España como el futbol o el baloncesto y a este desconocimiento se le suma el factor de ser mujer, porque para la capitana: “siempre te van a discriminar por ser mujer en cualquier lado, sobre todo en un deporte de fuerza y contacto”. Opina que “la desigualdad es un problema muy amplio que debe trabajarse en todos los ámbitos”.

Pase lo que pase en los partidos, estas chicas lo tienen claro, seguirán dando guerra.

viernes, 8 de abril de 2016

Noticia. El IVA de la menstruación

El IVA de la menstruación

AMANDA CRESPO OVIEDO. Fuenlabrada.
El pasado domingo acudió al programa de Salvados el presidente del gobierno en funciones, Mariano Rajoy. Entre otros temas, el presidente sacó a relucir el IVA en productos como los de higiene femenina, alegando que es imposible bajar todos los impuestos y sostener el Estado de Bien Estar.
En España se aplica la tasa del 10% a los tampones y compresas (el mismo que tienen los artículos de lujo), la más alta de Europa, ya que no se les considera productos de primera necesidad, por lo que si les redujeran los impuestos al 4% superreducido, se dejaría de ingresar 28 millones de euros, un 0,05% del IVA total. En Europa se encuentra abierto este debate contra el “negocio de menstruación”, Francia y Reino Unido fijaron la denominada tasa tampón en un 5,5%, mientras que Canadá eliminó directamente este impuesto.
Un paquete de estos productos tiene un precio de entre dos y cinco euros. Teniendo en cuenta que la menstruación tiene lugar cada 28 días, 13 veces al año, durante 39 años de media, el resultado es un total de 507 periodos, un gasto elevado pero obligatorio para cualquiera que sea mujer.
Las mujeres en España se movilizan contra esta tasa mediante asociaciones y la plataforma digital Change.org a través de la cual la periodista Celia Blanco expresa su petición a los políticos de bajar el IVA en los productos de higiene femenina. De momento, sólo los partidos de izquierda han respondido a esta demanda, Izquierda Unida fue el primero en incluirlo en su programa electoral para las pasadas generales y posteriormente fue secundada la petición por el Partido Socialista y Podemos. 
A la espera de su reducción, continúa la polémica.