jueves, 18 de febrero de 2016

Entrevista a Agustín Martín de CCOO en relación a "Los 8 de Airbus"




Agustín Martín Martínez, Secretario General de Industria a nivel estatal de CCOO

Las huelgas siempre sirven para algo, aunque cueste

Agustín Martín, de camino al juzgado a la derecha del Secretario General de Podemos, Pablo Iglesias

BEATRIZ PASCUAL, MÓNICA DÍAZ, AMANDA CRESPO 
Agustín Martín es un madrileño que comenzó su lucha junto a Comisiones Obreras en el año 1986. Ha estado presente un muchos de los movimiento sindicalistas llevados a cabo por la organización. Con el paso del tiempo su responsabilidad fue aumentando, hasta llegar en la actualidad a Secretario General de la Industria a nivel nacional. Uno de los casos más recientes ha sido su apoyo a “Los 8 de Airbus” con la campaña #HuelgaNoEsDelito.
Pregunta-¿Estuvo en la huelga ocurrida en 2010?
Respuesta-Si, como responsable de ellos, estuve justo unos minutos antes de que se produjera el incidente. Airbus es una empresa de miles de trabajadores con una altísima afiliación a CCOO, somos el sindicato mayoritario de la empresa, lo que se pretendía como en cualquier huelga general es no quedarse en la cama, sino demostrar la efectividad de la huelga convocando a los trabajadores y trabajadoras a las puertas del recinto. Por lo tanto se estaba desarrollando la huelga desde primeras horas de la mañana en un ambiente de absoluta normalidad.
P-Convocáis la huelga y vais también a ella…¿Cómo vivió el desarrollo de la huelga?
R-Una huelga es para escenificar y visibilizar nuestra posición, en este caso la reforma laboral del Gobierno de Zapatero. En esa época me recorrí prácticamente todo Madrid para ver las diferentes empresas del ámbito industrial que estaban secundando la huelga. En términos generales, la huelga desde últimas horas de la noche tuvo un clima de absoluta normalidad, obviamente con movilizaciones en las puertas de las factorías industriales y luego con la participación en la manifestación.
P-¿Hubo alguna acción determinada que hiciera a los antidisturbios cargar?
R-No, se ha demostrado con las grabaciones que era un montaje policial para esconder la utilización desmesurada de los medios represivos, como el uso de fuego real en una manifestación pacífica. Todo esto con el objetivo de convertir la huelga en un hecho delictivo.
P-Si no se detuvo ni se identificó a nadie durante el conflicto, ¿cómo se decidieron las imputaciones?
R-Es curioso que en un piquete de más de 600 personas imputaran sólo a las ocho que tenían cargos de relevancia en el sindicato. En un principio, imputaron a las doce personas que acudieron al botiquín y en una segunda criba, seleccionaron sólo a los que tenían cargos sindicales. Se ha sometido a ocho trabajadores honrados a 17 ruedas de reconocimiento con presos traídos de la cárcel. En ellas, los policías señalaron como máximos responsables de los altercados a presos, contradiciéndose a sí mismos.
P-Concretamente, ¿qué esperaban conseguir con la huelga?
R-Las huelgas siempre tienen un principal objetivo, que es visibilizar nuestra posición con los diferentes elementos que consideramos perjudiciales para todos los trabajadores y obviamente se trata de conseguir que retiren las medidas que son nocivas para todos los trabajadores.  En el caso de esta huelga fue un toque de atención al gobierno del Partido Socialista. Lamentablemente, con las elecciones generales salió el Partido Popular que volvió a crear una segunda reforma laboral, la cual combatimos con otra huelga general.
P-Desde esa huelga hasta la actualidad ¿qué ha cambiado para los trabajadores?
R- Del 2008 al 2016 seguimos en una situación de intranquilidad y de preocupación del sector industrial, se sigue destruyendo empleo en la industria.  Pero con las huelgas siempre se consiguen cosas, aunque cuesten, por lo que no hay que dejar de hacerlas.
P-¿Cómo es el apoyo que han recibido los trabajadores?
R- Hemos recibido apoyo del mundo laboral y político, desde Podemos e Izquierda Unidad, entre otros, y también hemos influido en innumerables  puntos de Ayuntamientos y Comunidades Autónomas. La campaña “Huelga no es delito” está en el núcleo del sindicalismo europeo,  porque esto no  es un hecho aislado de nuestro país, esto está pasando en Francia  o Bélgica también, donde se está criminalizando a los trabajadores.
P-¿Cómo se ha vivido la absolución desde CCOO?
R-Con mucha alegría y no ha sido fácil, pero a nivel personal tengo que agradecer  el valor y el coraje de cada uno de ellos y sus familias. Les ofrecieron pactos entremedias de los juicios para reducir las condenas y ninguno lo aceptó porque lo que estaban decidiendo no era su situación individual, sino un derecho colectivo y  esa es la grandeza del movimiento sindical.
P-¿Cree que esto va a cambiar la actuación de la justicia en casos similares?
R-No, porque lo que hay que hacer es regular el artículo 315.3 del Código Penal, que ya hemos tratado de proponerlo en el nuevo parlamento a través de Podemos, IU y los partidos socialistas, para que vayan directamente a derogar ese artículo que atenta contra el derecho de los trabajadores y que curiosamente proviene del Código Penal franquista, que en los años 70 se creó para acabar con las huelgas que hacían peligrar el régimen.
P-¿Qué hay de la parte del artículo que pide penas para los que te impiden ejercer el derecho a huelga?
R-Curiosamente esa parte nunca se ha aplicado. Ahora me preguntaría si en este país hay libertades y derechos, como el derecho al trabajo, ya que hay millones de parados y la libertad para ejercer la afiliación sindical de forma transparente con las empresas.
P-¿Cuál cree que es la solución a este problema?
R-Esto sólo se va a cambiar a partir de que se configure un gobierno de progreso que tenga como objetivo revertir estas las leyes opresoras.
P-¿Qué le diría a la gente que tiene miedo de hacer huelga por si le pasa algo similar a los manifestantes de Airbus?
R-Le diría que lo importante es que se organicen y que no tengan miedo, porque se puede ir contra un ciudadano, pero no se puede ir contra todos. Si tenemos miedo a ejecutar un derecho fundamental, entonces no estamos en democracia, ni en un país de libertad.

El derecho o el riesgo de hacer huelga



El derecho o el riesgo de hacer huelga

AMANDA CRESPO OVIEDO.  Fuenlabrada
Era 29 de septiembre de 2010 cuando tuvo lugar la huelga general contra la Reforma Laboral de Zapatero. Nos situamos en la planta de Airbus en Getafe, donde la cosa se empezó a poner muy fea. Los piquetes se encontraban cerca de la puerta, gritando a los antidisturbios y a los compañeros que acudían a trabajar, cuando de repente un policía se  puso nervioso y empezó a disparar al aire con su pistola. Muchas versiones surgiendo en cuanto a lo que pasó después, pero nada más fiable que los vídeos grabados del momento, donde se ve perfectamente quién carga contra quién. Primera y segunda parte, por si no se fían:
            Los antidisturbios justifican su actuación por la presencia de piquetes. Los piquetes son la consecuencia de los esquiroles, que surgen por el miedo que tenemos los trabajadores a hacer huelga, amenazados, directa o indirectamente, por los empresarios y el gobierno que consiguen que no nos atrevamos a ejercer nuestros derechos como ciudadanos y acudamos al trabajo temerosos de perderlo todo y no poder llevar a casa un plato de comida caliente. Los piquetes son esos pocos valientes que lo arriesgan todo por sus compañeros y piden a cambio que hagan lo mismo por ellos, ya que, de conseguir algo, ganarían todos, pero si perdieran, sólo perderían ellos. No obstante, no justifico la violencia utilizada contra los esquiroles, no se puede obligar a nadie a ser solidario con los demás si no quiere.
            El Artículo 315.3 del Código Penal, establece pena de prisión y multa para los que limitasen el derecho a huelga y para los que coaccionen a otras personas a iniciar o continuar una huelga. Este artículo dedicado a los derechos de los trabajadores, del que hasta ahora sólo se ha aplicado la segunda parte, se encuentra con que en la actualidad han sido imputados 300 sindicalistas en las últimas huelgas generales. En efecto, queridos lectores, hablo de nuestra amada España, ni de Venezuela, ni de Cuba.
            Los manifestantes ya no ven a los antidisturbios como las fuerzas del orden, para ellos son el arma que el gobierno utiliza para reprimirles, no les respetan, no les temen. Los antidisturbios (o los gobernantes que les mandan) ya no ven a los manifestantes como personas que ejercen sus derechos, para ellos sólo van a causar reyertas, no les respetan, pero les están empezando a temer.
            Esto queda reflejado en los vídeos y en la manera de elegir a los imputados, ya que durante el conflicto no se detuvo ni se identificó a nadie, pero dos días después se decidió imputar a los manifestantes que habían sido heridos, dando por sentado que algo habrían hecho para merecerlo y que todos actuaron por igual. Sin tener en cuenta, que los acusados no tenían antecedentes y que no es lo mismo ser culpable que estar implicado, como en el caso de la Infanta Cristina, no es lo mismo hacerlo por dinero que por amor.
            Finalmente, se ha resuelto el caso con la poca cordura que le quedaba al sistema judicial español y, por falta de pruebas, los detenidos han salido absueltos.


jueves, 13 de agosto de 2015

Yo soy anti-taurina.

Hacía mucho que no pasaba por aquí para escribir algo, pero necesitaba desahogarme. 

Esto va dedicado a todxs aquellxs que defienden la tauromaquia con el pretexto de que si se acaban las corridas, los toros de Lidia (o toros bravos) desaparecen.

En los últimos días, he estado leyendo varios artículos sobre el uso que se le da a este tipo de animales y he llegado a la conclusión de que prefiero comer una carne de peor calidad (la poca que como), con tal de erradicar este tipo de prácticas inhumanas.

Muchxs con lxs que he debatido sobre esto, me han dicho que si me considero tan defensora y amante de los animales, cómo puedo estar a favor de la desaparición de una especie. A todxs esxs, les contesto, tranquilamente, que para que un toro bravo no se extinga no hace falta exhibirlo en un ruedo como si fuera un juguete de feria. Si los torean donde los crían (que estoy segura que lo hacen, ya que dudo que los vendan sin entrenarlos antes), sin matarlos de esa manera tan sangrienta, seguirían saliendo bravos. Pero claro, no les interesa, ya que dejaría de ser un negocio rentable para unxs cuantxs que se consideran “lxs verdaderxs amantes de los animales” y que solo son cómplices de estos crueles asesinatos.

Y a éstxs, les formulo yo otra pregunta. ¿No estáis contribuyendo, vosotrxs también, a la desaparición de la especie? Después de torearlos, los matáis. Después de satisfacer vuestro apetito sangriento, acabáis con la vida de un pobre animal.

Mi madre siempre me ha educado bajo un lema, que considero muy importante para todxs y sería conveniente que nos lo aplicásemos: no le hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti. El hecho de que un animal no sea un ser racional, no significa que no sufra, que no le duelan las heridas. A mí, personalmente, no me gustaría que me metieran en una plaza, donde me encuentro presa y sentenciada a una muerte lenta y dolorosa, y que me empezasen a dar estocazos, cada cual más violento, simplemente, “por amor al arte”. ¿Arte? ¿De verdad a esto se le puede considerar arte? El arte se encuentra en los museos y paseando por las calles de muchas ciudades, no en las plazas de toros.

Pero aquí no se queda la cosa. Si te clavan una espada de unos 90 cm (que se dice pronto) y no consiguen matarte, tranquilx, que en mitad de tu triste agonía, te clavan otra (oh, qué buenas personas, no quieren que sufra más). Más tarde, te cortan el rabo y las orejas y las exhiben como si fueras un maldito premio que les ha tocado tirando en las escopetillas de la feria. Eh, mirad, soy un asesino y me enorgullezco de ello. Eh, mirad, he hecho sufrir a un animal inocente, simplemente, porque disfruto matando.

No me alegro que haya una persona en el hospital, sea cual sea la razón, pero sí soy de las que piensa “que se joda” cuando un toro pilla a un torero. Ya sé, muchxs me criticaréis y me diréis que no es lo mismo, que no hay que equiparar la vida de una persona a la de un animal. Pero, para mí, los toreros y lxs amantes de los toros pierden su humanidad cuando defienden este tipo de prácticas. Considero que, dentro de una plaza de toros, los roles de animales y seres racionales se invierten, dejando al ser humano en el más bajo de los escalones.




Ala, ya podéis odiarme. 

Escrito por Sara Martín García. 

domingo, 3 de mayo de 2015

Historia del periodismo español. Entrevista a Fernando Ónega.

Fernando Ónega, Periodista
"Yo no hice otra cosa en mi vida, más que periodismo"

Sara Martín García, Tamara Vargas Moreta, Amanda Crespo Oviedo, Beatriz Pascual Hoyas, Mónica Díaz  Hernández, Noelia Bethencourt Jiménez. 30/04/15
“Gallego y periodista, aunque no sé por qué orden”, así se considera Fernando Ónega López, que nació en Mosteiro-Pol, Lugo, el 15 de junio de 1947. Es padre de las  periodistas Cristina y Sonsoles Ónega. A pesar de llevar medio siglo en Madrid, conserva el acento de su pueblo y tiene  muy presente sus raíces gallegas. Ya con 13 años publicó su primer trabajo en La Noche  de Santiago y con 15 años colaboró con El Progreso. Es hijo predilecto de Pol (Lugo) y  adoptivo de Lalín (Pontevedra).
            Tiene una columna diaria en el periódico La Voz de Galicia, colabora en la Vanguardia y esporádicamente en el diario Lucense El Progreso y trabaja como tertuliano en diferentes medios de televisión. Su especialidad periodística no se concreta en ningún medio por su larga trayectoria profesional, ya que ha trabajo en todos los ámbitos periodísticos.
            Los aspectos más relevantes de su carrera son: fue Director de Prensa de la Presidencia del Gobierno de Adolfo Suárez, siendo autor de famoso “puedo prometer y prometo”; subdirector de la publicación falangista Arriba; director del diario YA; ingresó en la Cadena Ser realizando comentarios políticos en el programa Hora 25; fue director de informativos de la Cadena Ser sustituyendo a Gabilondo; director de cadena COPE;  colabora en Onda Cero; colabora con Carlos Herrera en el programa Herrera en la Onda y también en La Brújula de Carlos Alsina; en TVE dirige los programas Siete Días y Revista de Prensa; colaboró en informativos Telecinco haciendo análisis político; presentó Antena 3 noticias a las 21h.
            En los últimos años ha sido comentarista de actualidad en tertulias como 59 segundos (2005-2012), el debate de la 1 (2012), el programa de Ana Rosa (2005-2008), las mañanas de Cuatro (2007-2009), Saber Vivir (2002-2009), La mañana de la 1 conduciendo la sección Saber Mirar desde 2009 hasta la actualidad.

            En el 2015 ha publicado el libro Juan Carlos I, el hombre que pudo reinar.
Pregunta- ¿Qué le llevó a elegir el periodismo como profesión?
Respuesta- La vocación la tengo desde muy pequeño. Cuando vivía en la aldea gallega, siempre me intrigó porqué las líneas del periódico caían justas, mientras que las que yo escribía no salían igualadas. Luego empecé a estudiar como muchos chavales de mi aldea gallega para cura y a los 13 años hice mi primer trabajo periodístico, mi primera entrevista.
            Obviamente, fue al director espiritual del seminario y la mandé al periódico La Noche, que ya ha desaparecido. Sorprendentemente, la publicaron y, a partir de ahí, le cogí el gusto y entrevistaba a los misioneros que llegaban a la aldea. Al final, me acabaron echando del seminario y empecé a entrevistar a todos los artistas que paseaban por Lugo.
            Para mí era sorprendente que figuras como Antonio Machín, le concedieran una entrevista a un crío de 14 o 15 años. Todavía hoy me sorprende. Y más me sorprendió que el periódico me las publicara, llegando a tener, con 15 años, una página entera en el periódico El Progreso de Lugo. La titulaba Vida Estudiantil y la utilizaba para contar la vida de los estudiantes y hacerles entrevistas a los profesores. Yo no he hecho otra cosa en mi vida más que periodismo.
            P- Cuando trabajaba en el diario Arriba, ¿estuvo a gusto trabajando ahí?
            R- En aquella época, no había demasiado donde elegir. Estamos hablando del año 65, aproximadamente. Los periódicos de Madrid eran Arriba, ABC y Ya. Fui a hacer prácticas al diario Arriba y me quedé, sin más. El periódico Arriba era una escuela de periodismo. Era un periódico bien hecho.
            P- ¿Sentía que ejercía realmente el periodismo o una labor más panfletaria?
            R- Yo no voy a entrar en lo ideológico. Allí hice de todo. Iba para reportero y, cuando acababa de cumplir 20 años, el suicida del director del periódico, Manuel Blanco Zubíome, me asignó una columna. Y empecé a escribir una de opinión política en un periódico muy franquista, el cual era portavoz y órgano oficial del movimiento.
            Para el periodismo político que entonces se hacía, creo que puedo dar la cara bastante decentemente porque los temas, más que rozar la política activa, trataban el asociacionismo y el prólogo de los partidos políticos. Dentro del periódico, había bastante mancha ancha. Sabías que no te podías meter con Franco y con el régimen pero, en lo demás, yo recuerdo trabajar con bastante comodidad.
            P- Entonces, ¿podría decir que había cierta libertad?
            R-Sí, bueno, en esa redacción estaban, básicamente, los que después fueron la redacción del diario El País. Había militantes comunistas y muchos franquistas, que eran los que dominaban la dirección. Pero nadie tuvo, que yo recuerde, ningún problema para estar en el periódico. Y de aquí, han salido analistas como Bonifacio de la Cuadra o Antonio Fraguas “Forges”.
     P-¿En qué etapa de su vida profesional ha disfrutado más?
     R-Es tan larga que me cuesta trabajo elegir pero, seguramente, sea el descubrimiento de la radio. Nadie me aconsejaba que me metiera en eso, pero ha sido un medio que me ganó desde el primer día. La verdad, es que tuve suerte. Empecé haciendo comentarios políticos en Hora 25, cuando esto no existía en la radio. Fue un fogonazo y, en una semana, provocó un gran impacto. Yo con eso disfruté muchísimo.
            También disfruté con la dirección de los servicios informativos de la SER, donde intentamos construir el aparato informativo de la radio que tenía la pasión y el atractivo de la novedad. Me estrené con el golpe de Estado del 23 F, el cual consolidó la radio como medio informativo. Lo pasé muy bien.
            P- Cómo se viven los momentos históricos desde dentro de los medios, como en el 23-F, ¿se piensa en el día siguiente o solo en informar?
R. Se piensa solo en informar. En aquel momento recuerdo estar con el Director General  y me dijo: “hay que cortar los tiros del Congreso”, y yo le dije, “no, no se puede cortar, esto es la historia”. Primero tienes el sentimiento de que estás haciendo una noticia histórica, sin saber muy bien lo que es eso. Luego está el impulso de seguir informando, sin parar. Y, por último, la responsabilidad de ser la única emisora que estaba retransmitiendo en directo lo que sucedía, ya que uno de nuestros técnicos había dejado la línea abierta con el Congreso de los Diputados y sabíamos lo que estaba ocurriendo.
Yo no paraba de mirar a la puerta y pensar “de un momento a otro van a entrar”. No entraron. Tanto la radio como el Rey fueron fundamentales para salvar el Golpe de Estado, pero hubiese sido muy distinto el desarrollo del Golpe en una sociedad sin información.
P- En una entrevista que le hicieron por el libro que ha escrito de Don Juan Carlos I, usted comenta que llegó a reconocer que era un poco “rojeras”. ¿A qué se refiere con eso?
R- Eso fue en una conversación con un grupo de periodistas y el Rey en el Palacio de la Zarzuela, que mientras hablábamos descuidadamente dijo la frase “cuando yo era un poco rojeras”, y que se refería a que había abierto al pueblo de Madrid una parte del Monte del Pardo que se encontraba cerrada y no estaba seguro de haber hecho bien.
Pero vamos, el contexto fue así. No sé si fue “rojeras”, un poco sociata o no, pero si es un hombre que está muy agradecido a la Izquierda porque ha sido la que realmente le ha consolidado.
P- ¿Cómo definiría la ideología de Felipe VI? ¿Le parece como la de su padre?
R. Un Rey no puede tener ideología. Cuando hablo de la ideología de su padre, a quién conozco mejor, hablo de la ideología del consenso por la que ha trabajado toda su vida, la de limar esperezas, que se entendieran los partidos políticos. Me recuerda mucho a cuando Aznar ganó sus primeras elecciones, en una situación muy precaria, y Álvarez Cascos le pregunta “Presidente, ¿Cuál es nuestra prioridad?”, y Aznar le contesta “durar”. Yo creo que la ideología de Felipe VI será la de durar. Con esa finalidad está encaminando toda su forma de actuar.
P- Volviendo a usted, ¿cómo vivió la transición de la Ser a la COPE? por su distinta forma de tratar la información, su ideología…
R- Cuando me fui de la Ser coincidió con laentrada del grupo PRISA, y problemas que tuve con su director, Eugenio Galdón, que se dedicó a fastidiarme.Y, en un momento dado, cuando vi que ya era demasiado, subí a su despacho y le puse las cartas sobre la mesa.
Me fui y no quise saber nada. Entonces, me llamó Luis del Olmo para colaborar en su programa La Carta y acepté. Estamos en lo de siempre, el cambio de ideología. Yo  como no he vivido la etapa PRISA de la SER, no puedo hablar de ideología. Antes era, lo que se dice literalmente, una emisora independiente. Y en la COPE hay unos cuantos principios que no te puedes saltar que son el aborto, la religión católica, el Papa, el Vaticano y la Santa madre Iglesia... Por lo demás, no he notado diferencias.
            P-La manipulación ha sido algo que ha desprestigiado la profesión del periodismo ¿qué cree que se podría hacer para recuperar la confianza de la gente en los periodistas?
            R-. La confianza se gana en el día a día, con trabajo bien hecho, contrastando informaciones y fiables. Últimamente, estoy observando que se están perdiendo costumbres sagradas, como contrastar la información, confirmarla o tener fuentes suficientes.
            Además, nos están haciendo daño algunos programas de televisión, a los que cada vez voy menos, en cuanto a perder el crédito. Quien va, aporta opinión y no a dar complementos de información. En cuanto te conviertes en un personaje prácticamente político, que hablas como un dirigente político, pasas a ser una parte del tinglado político, y ahí se pierde credibilidad.
            P- ¿Piensa, por lo tanto, que deberían dedicarse más a informar y menos a opinar?
            R-Hay que separar la opinión de la información. El oyente, el espectador o el lector debe tener claro lo que es información y que es opinión. Ahora se han roto las barreras, de una cosa y otra, de ahí viene en parte el descredito.
            P-Tras toda su carrera profesional, ¿cree que le queda hacer algo en el periodismo?
            R-Por quedar, me queda todo. Pero lo que no me queda es tiempo, por lo que tengo que empezar a dar por cerrada esta fase de mi vida. Supongo que he entrado en la fase del libro, que ha sido una cosa que me ha horrorizado siempre.  Me daba pánico el escribir un libro. Pero, hasta ahora me ha salido bien. Lo mismo me animo a seguir un poco por esa vía, que además te da mucha más libertad de funcionamiento.
P- Después de 40 años siguiendo la actualidad ¿cómo valora el panorama político actual? Con la creación de Podemos, Ciudadanos, la corrupción…
R- Creo que vivimos uno de los momentos más apasionantes después de la transición, aunque es incomparable a efectos emotivos, de interés público y de todo tipo, pero en este momento nos jugamos la eliminación o no de toda una clase política que ha estado en el poder durante 40 años.
Lo que nos estamos jugando es el cambio de régimen o la continuidad del régimen y ahí la palabra la tiene el pueblo español. Mis deseos serían que continuara el pacto de la transición, en mi opinión un pacto histórico, que hizo posible la reconciliación de las dos “Españas”. Me parece peligroso meternos en la revisión de eso.
P- En cuanto a los medios de comunicación, ¿piensa que se manipula la información?
R- Sí, se manipula. Obedece a intereses de todo tipo, no por parte de los periodistas, pero sí de las empresas y de sus ejecutores en los medios que son los directivos. La misma información puede tener un sentido u otro según los medios. Leí un tweet muy divertido de Joaquín Leguina que decía algo así como: “Si a Tomás Gómez se lo quiere cargar El País y a Ignacio González El Mundo, ¿por qué no hacen los periódicos las listas electorales?"
P-¿Cómo ve los nuevos proyectos periodísticos, por ejemplo con los medios digitales?
R-A mí eso me pilla mayor y personalmente no me veo en un medio digital, entre otras cosas porque estoy en edad de jubilarme, pero entiendo que es el periodismo del futuro. El papel es muy caro y la rapidez de internet ha logrado en gran parte combatir a la radio, que ha sido siempre el medio del directo. Además, los medios de comunicación que hay en Internet cada día son más completos.
P-Entonces, ¿cree que quedará sitio para la prensa escrita o acabará desapareciendo?
R- Creo que hay sitio todavía para la prensa escrita, al menos mientras dure la generación de los que nos hemos formado estrictamente en el papel, porque a algunos nos cuesta seguir las ediciones de los periódicos. Por ejemplo, tú sabes que en El Mundo en la última página está Raúl del Pozo, en la página dos está Carles Espada cuando le toca o Luis María Ansón, o que el domingo en la página tres escribe el director. Somos animales de costumbres, vamos buscando lo que conocemos y lo que nos resulta más fácil.
P-¿Qué le parece que sus hijas hayan seguido sus pasos en cuanto a la profesión?
R-. A mi primera hija, Cristina, no le puse inconveniente. Pero con la segunda, Sonsoles, me parecía que ya había demasiado periodista para una sola familia y me negué. Me llamaron del colegio para decirme que le estaba creando un trauma, que ellos le veían cualidades, y que hiciera el favor de rectificar. Y yo que soy un ciudadano obediente, rectifiqué y ahí está. Las dos están muy bien, con lo cual, es muy gratificante ver cómo están funcionando ambas.
P-Una trayectoria profesional tan extensa como la suya, ¿deja espacio para la vida privada?
R-Sí, incluso para alguna golfería. Hombre, no tanta como yo quisiera, porque en este momento estoy colaborando en demasiados sitios y me ocupa demasiado tiempo, pero si, obviamente te deja.
P-Dado que era amigo de Adolfo Suárez, ¿hay algo que ensalzaría de su figura?
R-Bueno, he sido su colaborador y he trabajado con él y lo defino como el último héroe español y sigo teniendo ese pensamiento. Resaltaría de él su capacidad de diálogo y su capacidad de renuncia a sus propias ideas para beneficiar al país. Yo creo que ese ha sido el gran servicio de Adolfo Suárez. Y su valentía, tuvo mucho coraje para hacer lo que hizo.
P-¿Qué consejo daría a los futuros periodistas?
R-Uno básico. Que seáis como sois sin intentar ser otra persona, porque eso ya está ocupado. Luego, que leáis mucho, porque la competencia está muy dura, y se tiende, no siempre por desgracia, a la selección de los mejores. También que tengáis una gran disposición al sacrificio, porque esta es una profesión esclava, está mal pagada, y consecuentemente es muy vocacional. Y como tal la tenéis que tomar. A pesar de todo esto, os espera una maravillosa profesión.